LIBRO: VENCER Y VIVIR - DANIELA BASCOPÉ

Este es un libro que no leí por un motivo alegre, me lo presto un amigo (Aún no lo he devuelto por aquel viejo dicho de que quien devuelve un libro…) al enterarse que mi mamá padecía de cáncer, ella y yo nos enteramos el 30 de diciembre de este año 2.010, la dieron de alta del hospital en el cual estaba recluida con una referencia a un Oncológico, mi mamá murió a los ocho meses, justamente mañana se cumplen cuatro meses de su muerte, pero particularmente este libro fue conseguir un oasis en un desierto, muy pocas personas escriben un libro para contar lo mal que se sienten, para mostrar su peor cara, y ese fue el detalle que nos gustó a mi mama y a mí, que es un libro muy humano, que nos permitió ver a la persona que está detrás del libro, no fue una persona que nos pintó lo bonito que es el cáncer y lo enriquecedor que es para la vida, sino que nos ayudó a sobrellevarlo, aunque me hubiese gustado que mi mamá hoy tuviese otra historia  para contar y fuese de sobrevivencia al igual que la de Daniela, yo recomiendo este libro al 100% sobre todo si están pasando por una circunstancia semejante, siempre es reconfortable saber que hay personas que como tú pasan por situaciones difíciles y hasta peores, así podremos dejar de sentirnos los seres más desdichados del mundo y empezar a agradecer a la vida por todas esas cosas maravillosas que nos da y generalmente son más que las tristes, solo que las cosas buenas nunca se ponderan.

Su libro: “Vencer y Vivir”, por Carolina Acosta-Alzuru

Vencer y vivir es el relato de supervivencia de Daniela Bascopé, talentosa actriz diagnosticada con cáncer a los 24 años. En este testimonio, Daniela demuestra su fortaleza y sus ganas de superar las barreras para poder vivir. Vivir y vencer es el retrato de la fortaleza personal y del apoyo familiar. Es la excusa, también, para entender cómo  la amistad y el amor en pareja son motores clave para superar todo, incluso, un cáncer.

Vencer y vivir es un texto intimista y sin pudor. Un enfrentamiento con la mortalidad en una edad donde nos sentimos inmortales. Una prueba irrefutable del valor terapéutico que tiene, tanto para escritores como para lectores, la transmutación del dolor en escritura.